No obstante, escritores como Ivan Thays y Rodrigo Rey Rosa, reveen el pasado reciente de sus países, dentro de un marco latinoamericano, quizás como una manera de aprehender sus presentes subjetivos, enmarcados en esas historias subrepticias de las que no se habla. Claro, también pudiera ser que se deba a una exigencia del mercado transnacional editorial y de recurrir a una estrategia para entrar en los mercados internacionales, al ser una temática por la que éste tiende en apariencia hoy en día -se pueden ver los libros más vendidos en diferentes países. Pero muy a pesar de esto, tanto Thays como Rey Rosa, al igual que Mario Bellatín o Reynaldo Arenas, tienen una importancia primordial en las literaturas latinoamericanas contemporáneas, tanto en el aspecto literario como en el político no comprometido.
Otros autores, como Leonardo Valencia, han optado por una reconfiguración imaginaria de sus relaciones con lo latinoamericano que se alejan de un contexto empírico y político -en El libro flotante de Caytran Dölphin y en Kazbek esto es muy evidente-, siempre pensando en la experiencia literaria.
El contexto actual, por otro lado, es diverso -no quiero decir fragmentario, pues a mi modo de ver éste se ha mantenido así desde la Conquista española-, conflictivo y marcado por una gran cantidad de eventos traumáticos y de información de múltiples vertientes. De acuerdo con esto, ¿cómo poder caracterizar nuestras épocas y experiencias sobre la literatura y vida latinoamericanas? ¿Seguimos pensando en el pasado con nostalgia? ¿O es que el desencanto quedó atrás hace mucho tiempo y ahora vemos nuestras historias con la distancia necesaria para asirlas? ¿Cuáles son las representaciones que se están gestando sobre lo latinoamericano en la actualidad en las letras y experiencias de la vida cotidiana?
A continuación, una entrevista realizada a Napoleón García Alvarado, habitante del Centro Histórico de Quito.
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